Birras bien frías, ¿antes o después de correr?
Desciframos qué es mejor, tomarse una cervecita después de cruzar la línea de llegada o disfrutarla la noche anterior
Así como el vino, está demostrado que el consumo moderado de cerveza suministra múltiples beneficios para la salud. Los flavonoides de la malta y el lúpulo ayudan a prevenir el daño celular y reducen el riesgo de cáncer y de enfermedades cardíacas. Estos componentes saludables para el corazón son los mismos que se encuentran en los vegetales y el vino.
La vitamina B en la cerveza también ayuda a convertir los carbohidratos en energía. Pero la duda es la siguiente: ¿convienes antes o después de correr?
La noche anterior
Es un mito eso de que la cerveza es una fuente importante de carbohidratos. Para tener una idea, 355 ml tienen 12 gramos de carbohidratos, lo que equivale a media rebanada de pan.
Por ser diurético, puedes quedar deshidratado si bebes demasiada cerveza la noche anterior; por lo tanto, no es recomendable más de una cerveza durante la cena.
Después de correr
Logrado el objetivo, mereces una recompensa; considerando ingerir otra bebida antes, pues el alcohol interfiere en la rehidratación y puede retrasar la recuperación.
Expertos recomiendan beber de 250 a 500 mililitros de agua, y consumir 200 calorías de carbohidratos y proteínas antes de comenzar con la cerveza.
También hay que considerar evitar el alcohol si sufriste una lesión, ya que retarda la producción natural de antiinflamatorios.