¡Pobres rodillas!
Son las más castigadas del running por no recibir el cuidado adecuado. Descubrí cómo evitar lesionarlas.
Así como ha incrementado el número de corredores alrededor del mundo en los últimos tiempos, del mismo modo los traumatólogos han registrado el disparo elevado de lesiones de rodillas; esto, por no cuidarlas como se debe mientras se ejecuta esta actividad.
Si bien es cierto que el running ha demostrado ser una modalidad que trae múltiples beneficios para el atleta, también lo es que puede jugar en contra si no se toman las precauciones debidas, más por tratarse de un deporte de alto impacto en las articulaciones.
Aunque no existe una barrera a la hora de empezar a correr, lo recomendable es realizarse un análisis médico que aclare las condiciones cardiorespiratorias de quien está por convertirse en runner.
Con respecto a las rodillas, es necesario otro análisis previo pero de la pisada. El resultado de esta prueba es el que permitirá la elección del calzado adecuado, fundamental para la ejecución de tus pasos.
El entrenamiento, con una tabla progresiva determinada por un preparador físico, también es esencial. No se pueden correr 5 o 10 kilómetros sin saber trotar primero. El trabajo requiere de paciencia, permitiéndote evaluar cómo responden las articulaciones a los diferentes ritmos, en función de tus propias capacidades.
También recomiendan apoyarse en deportes complementarios que requieren también de una preparación adecuada, pero que contribuyen a disminuir el impacto de la corrida, activando de otra manera a aquellos músculos demandados también por el running.